Pay de limón con merengue dorado y base crujiente. Un postre cítrico, elegante y equilibrado en dulzor y textura.

Pay de limón con merengue

Un clásico de la repostería con base crujiente, relleno cremoso de limón y cobertura esponjosa y dorada de merengue italiano

Pay de limón con merengue montado en picos dorados, servido en plato blanco con corte que revela las capas
Tiempo: 1 hora 10 minutos 🍽 Porciones: 8

🧾 Ingredientes

  • 200 g de galletas tipo María
  • 80 g de mantequilla derretida
  • 4 yemas de huevo
  • 1 lata de leche condensada (aprox. 395 g)
  • 120 ml de jugo de limón
  • Ralladura de 1 limón
  • 4 claras de huevo
  • 200 g de azúcar
  • 60 ml de agua
  • Una pizca de sal

👨‍🍳 Preparación


1. Prepara la base:

Tritura las galletas hasta obtener un polvo fino. Mezcla con la mantequilla derretida y presiona en el fondo de un molde para pay. Hornea a 180 °C por 10 minutos y deja enfriar.


2. Mezcla el relleno:

En un bol, bate las yemas con la leche condensada, el jugo y la ralladura de limón hasta que esté todo bien integrado. Vierte sobre la base horneada.


3. Hornea el relleno:

Hornea a 160 °C durante 15–18 minutos, solo hasta que el relleno se vea firme pero ligeramente tembloroso en el centro. Deja enfriar completamente.


4. Prepara el merengue italiano:

En una olla pequeña, hierve el agua con el azúcar sin revolver, hasta formar un almíbar espeso (115–118 °C). Mientras tanto, bate las claras con una pizca de sal hasta que estén firmes. Vierte el almíbar caliente en forma de hilo sobre las claras mientras sigues batiendo, hasta formar un merengue brillante y denso.


5. Monta y dora:

Cubre el pay con el merengue formando picos. Puedes dorar con soplete o llevar al horno muy caliente (220 °C) por 2–3 minutos hasta que se dore la superficie. Deja enfriar y refrigera antes de servir.

📌 Tip: Si no tienes termómetro para el almíbar, cuece hasta que al levantar la cuchara caiga en hilos espesos, sin cristalizar.
¿Sabías que...? El merengue italiano se usa en repostería porque al cocinar el almíbar elimina el riesgo del huevo crudo, además de aportar estabilidad y brillo.

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